Para Artigot (1973) la tutoría debe ser entendida como labor esencial dentro de la acción educativa; en ningún
caso como labor subsidiaria o complementaria. Lo que persigue es el perfeccionamiento personal del alumno.
Román y Pastor (1979) consideran que la tutoría es un medio eficaz para lograr que el proceso educativo sea relación humana, interacción de personalidades en un ambiente espontáneo y, a la vez, deliberadamente educativo.
Para Sánchez (1981) tutoría es la acción de ayuda al alumno -individualizada o en grupo- que el profesor puede
ejercer además y en paralelo a su propia acción como docente.
Lázaro y Asensi (1989: 49-50) definen la tutoría como una actividad inherente a la función del profesor que se realiza individual y colectivamente con los alumnos de un grupo de clase, con el fin de facilitar la integración personal de los procesos de aprendizaje.
García Nieto (1990) afirma que la acción tutorial transciende los aspectos cognoscitivos de la educación, preocupándose, además, de aquello que, de suyo y en sí, no son contemplados por ninguna asignatura o materia del currículum como son, las actitudes, los valores, las aspiraciones, las opciones de vida personales de cada alumno.
OBJETIVOS DE LA ACCIÓN TUTORIAL:
Según el documento La Orientación Educativa y la Intervención Psicopedagógica (MEC, 1990) se plantean como objetivos, que corresponden a los tres niveles, los siguientes:
1. Contribuir a la personalización de la educación, es decir, a su integralidad, alcanzando todos los
aspectos de la persona, y también a su individualidad, refiriendo la educación a personas concretas,
con sus aptitudes e intereses diferenciados.
2. Ajustar la respuesta educativa a las necesidades particulares de los alumnos, mediante las
oportunas adaptaciones curriculares y metodológicas, adecuando la escuela a los alumnos y no los
alumnos a la escuela.
3. Cooperar a los aspectos orientadores de la educación -orientación en la vida y para la vida-, como
favorecedora de los aprendizajes más funcionales, mejor conectados con el entorno, haciendo que
la escuela aporte realmente "educación para la vida".
4. Favorecer los procesos de madurez personal, de desarrollo de la propia identidad y sistema de
valores, y de la progresiva toma de decisiones a medida que los alumnos han de ir adoptando
opciones en su vida, primero escolares y después profesionales.
5. Garantizar aquellos elementos educativos más diferenciados y especializados, menos formales o
tradicionales, que difícilmente en ocasiones pueden proporcionar el profesor ordinario y las
estructuras escolares ordinarias.
6. Prevenir las dificultades de aprendizaje y no sólo asistirlas cuando han llegado a producirse,
anticipándose a ellas y evitando, en lo posible, fenómenos indeseables como los del abandono, del
fracaso y la inadaptación escolar.
7. Asegurar la continuidad educativa a través de distintas áreas, ciclos, etapas, y, en su caso,
transiciones de un centro educativo a otro.
8. Contribuir a la adecuada relación e interacción entre los distintos integrantes de la comunidad
educativa: profesores, alumnos y padres, así como entre la comunidad educativa y el entorno
social, asumiendo papel de mediación y, si hace falta, de negociación ante los conflictos o
problemas que puedan plantearse entre esos distintos integrantes.
9. Contribuir a toda clase de factores de innovación y de calidad que redunden en una mejor
educación orientadora y en el apoyo técnico a la oferta educativa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario